Terminamos el reportaje sobre lectura de playas para la pesca. En esta ocasión hablaremos sobre esos pequeños detalles que debemos de tener en cuenta y que nos ayudarán en nuestras capturas.
Conchas, aves y luces.
Observando la orilla y todo lo que la ola nos deja en ella podemos aprender varias cosas. Por ejemplo si en la playa encontramos conchas o restos de ellas nos indica claramente lo que hay en el fondo. Otro signo puede ser si encontramos en la orilla algún “hueso” de sepia. Estos huesos tienen mucha flotabilidad y llegan con frecuencia a la playa. Incluso podemos observar si tiene alguna marca de dientes, así podremos saber si los peces las están comiendo.
Si tenemos la suerte de encontrar en alguna playa algún mariscador o recolector de titas, no lo dudemos esa playa reúne un fondo riquísimo que no podemos dejar pasar.
Otra buena noticia es encontrar rastros del gusano arenícola, podemos intuir su presencia si encontramos en la arena los típicos “cordoncillos arenosos” que crean para excavar sus galerías después de la marea.
Los acechos en superficie son muy comunes, si vemos saltar varias veces fuera del agua a algún “pececillo” no hay duda de que algún depredador está acechando. Deben de ser peces pequeños claro, ya que hay muchas especies que saltan fuera del agua para desparasitarse.
Otro signo son los averíos. Si vemos alguna gaviota pescando por la zona o un grupo posado en superficie nos indicará la presencia de algún banco de boquerón o similar, susceptible de ser acechado.
Otro factor pueden ser las luces. Las farolas de los paseos pueden iluminar directa o indirectamente el agua. Este reflejo puede atraer placton, quisquilla e incluso calamares si están cerca de la orilla, buen momento para tentar con algún señuelo.